Día grande que vuelve a nuestras vidas año tras año y así llevamos ya treinta y ocho.
Sí; en una tarde de mayo hacia las seis, en la playa de los Arenales del Sol, junto al restaurante que entonces había, yo declaré mi amor a Teresa y nos comprometimos con fuerza definitiva y total.
Cada uno tiene su historia. La mía con Teresa es muy particular. Claro que no la voy a contar. Pero no me resisto a decir que nuestro compromiso de enamoramiento se selló no con un beso sino con nuestro primer beso. Fue todo tan fuerte y rotundo que nunca podremos olvidar lo que me pasó y es que se apoderó de mí un temblor tan intenso, literalmente de pies a cabeza, que me atrapó como, al menos, quince minutos sin poderlo parar de ninguna manera. Ella estaba asustada ¿qué te pasa?...Fue cómo si saliera desde dentro una inmensa energía contenida y encarcelada, como si se liberara la furia de una represión desde muchos años controlada...
br /> El brindis con cava ya estuvo envuelto en melodías de los "Paraguas de Cheburgo" (nuestra canción). Todo era luz, alegría y esperanza.
En Diagonal Ascensión |
Por eso he creído encontrar la más perfecta concreción de la entrada de hoy,un nuevo día 27 de mayo, en esta "Diagonal Ascensión"...
Teresa, no sólo manifiesta esa potencia expresiva en la escultura. La belleza es también poesía en ella. Transcribo su "Landa Atmosférica nº 1" de sus poemas "Desde el amor y la espera" que compuso a sus 19 años haciendo evidente referencia a la historia antes contada de nuestro primer beso.
Insaciables de vida,
de secuencias sentidas propias,
empiezan a pasar minutos.
Y en mi último instante escupido en futuro,
eléctricamente
con mirada astral
buscarás mis ojos.
Mientras, una transmigración de gaviotas me abre el pecho.
Una mirada ajena al mundo
se me engancha entre los dedos.
El cuello. La cintura.
Una transmigración de susurros
me abre los labios
llenándome la garganta de besos,
de confidencias. De líquido feliz.
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