viernes, 25 de mayo de 2012

REFLEXISMO ES MAS...

          En mi anterior entrada del lunes 21 comenté que en muchas esculturas de Teresa se incorporaba como parte importante de las mismas unas láminas de aluminio trabajadas con la técnica del "reflexismo" y que dada su importancia lo comentaría más ampliamente en mi siguiente entrada, hoy.

          Resulta extremadamente difícil describir siquiera someramente el arte reflexista sobre todo para aquellos que no han tenido el privilegio de poder admirar ese tipo de cuadros cuyo fundador ha sido José Antonio Cía.

Portada del Manifiesto del Reflexismo
        José Antonio  precisamente ha sido el padre de Teresa, mi esposa. Todo queda extremadamente cercano. Es un verdadero privilegio, también para mí. Por eso conozco de primera mano cuanto voy a escribir. Él, verdadero creativo en todas las facetas de su vida, sobre todo en la artística, desde siempre estuvo obsesionado por dotar a sus pinturas de un algo muy especial basado en la luz y el movimiento. Tras muchos años de incesantes experiencias y caminos nuevos llegó a conseguir lo que buscaba y así en 1972 publicó un "Manifiesto sobre el Reflexismo", su descubrimiento pictórico.

         Como lienzo utilizaba finas planchas de aluminio de manera que aplicando pinturas cromáticas especiales y trabajando la plancha con buriles, brocas y discos de lijado conseguía armonizar los colores con reflejos y efectos de profundidad, aplicando diferentes estadios de brillos producidos no por efectos exteriores o por mallas metálicas ajenas a la misma pintura sino como consecuencia directa del trabajo realizado en la misma chapa que es de donde emergen a ráfagas los brillos redentores mediante la luz real y el movimiento ocular. De ahí su nombre, "Reflexismo".

Puerta  del  Espacio
          Mirar un cuadro de reflexismo produce como una embriaguez sensitiva ante unas nebulosas brillantes y tornasoladas que parecen vibrar como soles propios, en palabras del ilustre y premiado crítico de arte, T. Marínez  Blasco. Y continuaba:"A veces, rayando la chapa para señalar direcciones luminosas; otras, picándola con salpicaduras vibrátiles; otras, procurando conseguir giratorios soles con la frotación del disco... Pero el color que imbuía a tales astros (aquí está el verdadero protagonista) armoniza y atenúa los reflejos duros, consiguiendo perspectivas en los brillos hasta alcanzar efectos de profundidad. El rango de los colores entrama y urde siempre los otros toques activos y luminosos de los brillos. Y tan importante presencia colorista es lo que adscribe su arte al universo de la verdadera pintura".

         Yo  mismo fui testigo  en una exposición como más de una persona, admirada por lo que estaba percibiendo,  con la máxima discreción posible, miraba por detrás del cuadro para ver qué podía descubrir que le explicase esa inesperada sensación de ver cómo las figuras abstractas del cuadro  se movían acompasadas con el movimiento del propio espectador o cómo conseguía esos efectos tornasolados de increible belleza.

         
El torrente  de  la  vida
           De todas maneras yo quiero añadir otro elemento clave en José Antonio Cía que se refleja también en su pintura reflexista.   El reflexismo no es sólo una técnica pictórica, el refleximo es fundamentalmente "trascendencia". Sin un sentido absolutamente arraigado de trascencia no se puede hacer reflexismo. José Antonio fue una persona con un permanente sentido trascendente de la vida y así lo aplicó a sus cuadros que rebosan fuerza, energía vital, luz viva, esperanza, calor en el color.

         Y esa trascendencia de alguna manera la sienten también los que miran sus cuadros y sienten que la emoción de un "algo" les lleva a los espacios infinitos del alma... En definitiva, si no se capta la trascendencia de la vida, incluso al nivel que cada cual pueda o quiera, no se termina de apreciar la obra de José Antonio Cía.

          Por eso, José  Antonio y su reflexismo nos ha superado en gran parte y no se ha hecho justicia con él tras diez años de su fallecimiento. Este maravilloso movimiento exigía demasiado y la sociedad de los políticos y del mundo de la cultura tiene un admirado recuerdo pero nada más. No hemos sido capaces de vivir con él un sentido real de la "trascendencia" en el aquí y ahora.

        Me viene a la memoria uno de los escritos de pésame que se recibieron en su fallecimiento, escrito por el gran poeta alcoyano establecido en Alicante, Juan Ferre Vañó: "Yo no sé si los hombres harán por mantener vivo su recuerdo, pero de lo que sí estoy seguro, es de que Dios, allá arriba, en el cielo, le habrá dedicado una estrella, porque también van al cielo los grandes soñadores".

          Lo verdaderamente cierto es que hay alguien que sí ha incorporado el reflexismo a su vida y a su obra, Teresa Cía.
         Teresa es su hija en el sentido más absoluto que se pueda pensar, con una innegable comunión de sensibilidad y espíritu. Es también,- y yo soy testigo privilegiado de ello-, un ser "trascendente" en el día a día iluminando su cotidianidad con la luz de la vida que se refleja también en el espíritu de sus obras y en la plasmación efectiva del "reflexismo en sus esculturas".

1 comentario:

  1. Buenas tardes, me gustaría contactar con usted para hacerle algunas preguntas acerca de Jose Antonio Cía. ¿Cómo podría ponerme en contacto con usted? Mi email es fernandolcac@gmail.com.

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