Resulta extremadamente difícil describir siquiera someramente el arte reflexista sobre todo para aquellos que no han tenido el privilegio de poder admirar ese tipo de cuadros cuyo fundador ha sido José Antonio Cía.
Portada del Manifiesto del Reflexismo |
Como lienzo utilizaba finas planchas de aluminio de manera que aplicando pinturas cromáticas especiales y trabajando la plancha con buriles, brocas y discos de lijado conseguía armonizar los colores con reflejos y efectos de profundidad, aplicando diferentes estadios de brillos producidos no por efectos exteriores o por mallas metálicas ajenas a la misma pintura sino como consecuencia directa del trabajo realizado en la misma chapa que es de donde emergen a ráfagas los brillos redentores mediante la luz real y el movimiento ocular. De ahí su nombre, "Reflexismo".
Puerta del Espacio |
Yo mismo fui testigo en una exposición como más de una persona, admirada por lo que estaba percibiendo, con la máxima discreción posible, miraba por detrás del cuadro para ver qué podía descubrir que le explicase esa inesperada sensación de ver cómo las figuras abstractas del cuadro se movían acompasadas con el movimiento del propio espectador o cómo conseguía esos efectos tornasolados de increible belleza.
El torrente de la vida |
Y esa trascendencia de alguna manera la sienten también los que miran sus cuadros y sienten que la emoción de un "algo" les lleva a los espacios infinitos del alma... En definitiva, si no se capta la trascendencia de la vida, incluso al nivel que cada cual pueda o quiera, no se termina de apreciar la obra de José Antonio Cía.
Por eso, José Antonio y su reflexismo nos ha superado en gran parte y no se ha hecho justicia con él tras diez años de su fallecimiento. Este maravilloso movimiento exigía demasiado y la sociedad de los políticos y del mundo de la cultura tiene un admirado recuerdo pero nada más. No hemos sido capaces de vivir con él un sentido real de la "trascendencia" en el aquí y ahora.
Me viene a la memoria uno de los escritos de pésame que se recibieron en su fallecimiento, escrito por el gran poeta alcoyano establecido en Alicante, Juan Ferre Vañó: "Yo no sé si los hombres harán por mantener vivo su recuerdo, pero de lo que sí estoy seguro, es de que Dios, allá arriba, en el cielo, le habrá dedicado una estrella, porque también van al cielo los grandes soñadores".
Lo verdaderamente cierto es que hay alguien que sí ha incorporado el reflexismo a su vida y a su obra, Teresa Cía.
Teresa es su hija en el sentido más absoluto que se pueda pensar, con una innegable comunión de sensibilidad y espíritu. Es también,- y yo soy testigo privilegiado de ello-, un ser "trascendente" en el día a día iluminando su cotidianidad con la luz de la vida que se refleja también en el espíritu de sus obras y en la plasmación efectiva del "reflexismo en sus esculturas".
Buenas tardes, me gustaría contactar con usted para hacerle algunas preguntas acerca de Jose Antonio Cía. ¿Cómo podría ponerme en contacto con usted? Mi email es fernandolcac@gmail.com.
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