El 24 de Mayo es para mí una fecha que todos los años me toca el corazón.
Desde bien pequeño, con 5 años, recuerdo cómo era un día de fiesta pues en casa estábamos siempre muy ligados a los Salesianos. Desde esa edad empecé a ir al Colegio. Era el niño más pequeño de todos. Habitualmente para ir y volver y también en los patios me acompañaba mi hermano Antonio, cuatro años mayor que yo, el cual me cascaba en casa pero era mi defensor en el cole.
La cuestión es que como en aquellos tiempos íbamos a la iglesia todos los días, la imagen de María Auxiliadora que presidía el altar mayor estaba perennemente ante mis ojos y la verdad le cogí un cariño y devoción tan especial que perdurará siempre.
Por ello el 24 de mayo es un día muy alegre para mi y mantiene unas resonancias íntimas de mirada global de pasado y futuro.
Hay, además, un hecho que le da más fuerza. La Comunidad Regional Salesiana con su Inspector a la cabeza le encargó a Teresa hace unos doce años que hiciera una imagen de María Auxiliadora para presidir la Capilla de oración particular de esa Comunidad Inspectorial en Valencia.
Este hecho me ha llenado siempre de una impresión interna muy particular al imaginar cómo estos insignes sacerdotes rezan día a día con la mirada puesta en la Virgen que ha hecho Teresa.
Caramba, alguna protección particular nos habremos merecido, sobre todo ella...
Ahí presento una fotografía que realicé de María Auxiliadora. Es bonita, ¿verdad?
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